lunes, 6 de mayo de 2013

Tarta de queso # 7 #







En el mundo, hay cientos de pequeños paraísos, y muchos, se encuentran muy cerca, por ejemplo, en Asturias. Rincones con encanto, paisajes increíbles, colores que no se aprecian en muchos más sitios…
Y la comida… ¿qué decir de la comida? Hace poco tuvimos la oportunidad de pasar unos días por aquellas tierras y degustar algunos de sus sencillos y riquísimos manjares. Y no es que la tarta de queso sea exclusiva de allí, sino que en el hotel donde nos alojamos, tenían esta delicia como uno de sus platos para desayunar.  Me quedé con las ganas de preguntarle la receta a la cocinera, pero cuando llegué a casa, me arrepentí de no haberme levantado para saber si la hacían allí mismo, o sea que me puse en contacto con ellos y muy amablemente, dieron la receta tal cual la hace la cocinera del hotel. 
No saben cuánto se lo agradezco. Podrían haberme dicho que es “receta secreta”, pero nada, sin esperar mucho, me ofrecieron los ingredientes de esta delicia, que si bien es calórica y no ayuda mucho con la dieta, es también una satisfacción en la boca. Un plato que creo que hay que comer lentamente, dejar que cada pedazo se vaya deshaciendo entre la lengua y el paladar, para apreciar muy bien los sabores. 
Y lo mejor de todo, es muy sencilla de hacer.



INGREDIENTES:



  • 250 gr. Aproximadamente de pasta quebrada.
  • 2 yogures griegos
  • ½ litro nata
  • 9 huevos
  • 1 tarrina de queso de burgos de 250 gr.
  • 10 cuch de azúcar.



PREPARACIÓN:



  1. Forrar un molde de unos 25 cm de diámetro con la pasta quebrada  y cocer a 180 unos 15 minutos.
  2. A parte batir los huevos, el queso, el azúcar y los yogures. Añadir la nata y batir otra vez para que se mezcla bien.
  3. Echar en el molde y cocer a 180º unos 50 min, depende un poco del horno.
  4. Desmoldar una vez frío. Se puede servir con mermelada de arándanos por encima.






COSITAS:




  • Estas cantidades hacen una tarta hermosa. Yo no quería una tan grande, y reduje las medidas a la mitad, para que me saliese una pequeñita, más práctica para los comensales que íbamos a ser. 
  • En vez de poner 4 huevos y medio, utilicé los 5 huevos enteros, y además, añadí un par de cucharadas soperas de queso de untar. Creo que le vino estupendamente.
  • Si se quiere hacer una versión “light”, se puede usar leche en vez de nata y yogures naturales, en vez de griegos, pero la grasa de ambos ingredientes, le aporta mejor textura y mayor sabor, pero de todas formas, también la hice así una vez y quedó muy rica.
  • En mi caso, en vez de usar pasta quebrada para forrar el molde, hice la típica base de galletas trituradas con mantequilla. No tenía la pasta quebrada, y siempre viene bien tener variedad, por si no podemos conseguir algún ingrediente. Utilicé medio paquete de galletas María, y un par de cucharadas de mantequilla derretida.
  • Mientras se está horneando, la masa crece un poco, varios centímetros, pero en cuanto se enfría, baja y vuelve a la altura normal. 
  • Yo recomiendo ponerlo a una altura media-baja en el horno, porque se puede tostar demasiado, aunque siempre queda la opción, cuando vemos un tono más oscuro, de abrir el horno y meter un trozo de papel de aluminio para que no se queme.
  • Me recomendaron utilizar mermelada de arándanos para cubrirla, pero yo preferí utilizar una mermelada de fresas casera. Como siempre, para gustos los sabores.



Y para terminar, como no puede ser de otra forma, Quiero agradecer de todo corazón a los trabajadores del Hotel Príncipe Felipe de Gijón (Asturias), la amabilidad con la que nos trataron allí y con la que me facilitaron esta receta.  Aún queda mucha gente amable en el mundo. No debemos olvidarlo, igual que yo no olvidaré mi expresión al probar el primer cacho de tarta en el hotel… ¡esto está buenísimo! Pero cuando todos probaron la casera que hicimos en casa, entre suspiros se les escapaba ¡Jo, qué rico!

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